Historia

Desde hace miles de años, ya antes de su fundación, la relación de Deba con el agua y el mar ha sido una constante repetida a lo largo de su historia.

Los restos arqueológicos del Paleolítico Superior, como concheros y arpones de hueso hallados en las innumerables cuevas de este municipio, incluso algunas figuras de peces plasmadas en el santuario Paleolítico de Ekain, nos hablan del inicio de esta relación. Curiosamente, miles de años más tarde, las crónicas romanas también citarán a esta costa y al río "Deva", un río que con el tiempo dará nombre a la villa.

Una villa cuyos orígenes se remontan al año 1343, cuando los y las vecinas de la zona, a quienes Sancho IV había concedido la Carta Puebla de Monte-Real de Iciar en 1294, sintieron la necesidad de acercarse a la costa fundando así una nueva población:  Monreal de Deva.

Establecidos en la margen derecha del río Deba fueron desarrollándose, dedicando su quehacer a la pesca, la agricultura, la industria y el comercio. Al igual que los demás pescadores del litoral, los debarras dedicaban su mayor esfuerzo a la pesca de la ballena sin despreciar el pescado. Las ferrerías constituían la base industrial de donde salían los productos férreos, y estaban situadas en el río y arroyos para utilizar la fuerza hidráulica.

En el siglo XV, Deba vive un periodo esplendoroso motivado por el tráfico marítimo, sobre todo por la exportación de lanas de Castilla y Aragón desde su puerto a diferentes países europeos.

La apertura del paso por Orduña, la siderurgia y el poco calado del puerto motivaron paulatinamente el menor interés estratégico de Deba. Ya a mediados del siglo XIX se observa el poco tráfico del puerto, pero nace otra actividad: el veraneo. Los baños de mar toman importancia, y Deba con su playa depara un excelente lugar de descanso, que es frecuentado por numerosos visitantes que hacen desarrollar la industria hotelera. Aunque en los años 1960-70 se produce un cambio de moda y gustos, Deba ha sabido mantener su tradición turística.

En la actualidad, Deba sigue mirando al mar. Sus espectaculares playas y acantilados junto con los macizos calizos cretácicos que esconden millones de años de la historia geológica de la Tierra nos ofrecen un autentico viaje por el  Geoparque Mundial UNESCO de la Costa Vasca.