“No podemos bajar la guardia, ya que en un santiamén todo puede cambiar, y hemos de poner cada uno nuestro gran granito de arena”

10 de julio de 2020 “No podemos bajar la guardia, ya que en un santiamén todo puede cambiar, y hemos de poner cada uno nuestro gran granito de arena”

Arantza Aranburu Lasa (Zarautz, 1966) es la responsable de atención primaria del centro de salud de Deba y Mutriku. Ha estado realizando su trabajo en el centro de salud de Deba durante el estado de alarma sanitaria provocado por la Covid-19. Aunque en Deba la pandemia no ha tenido mucha incidencia, ha vivido y vive con preocupación la situación derivada de esto, como médica, pero también a nivel personal, tal y como ha reconocido en la entrevista realizada en la revista municipal Debaberri. Nos ha explicado los cambios que han tenido que hacer en el centro de salud para dar respuesta a una situación desconocida y nos ha aconsejado a la ciudadanía que no bajemos la guardia.

Ha trabajado y está trabajando intensamente en la pandemia provocada por la COVID-19. En primer lugar, ¿cómo está viviendo personalmente todo esto?

Este período lo vivimos con mucha preocupación al ver en tan poco tiempo nuestro sistema sanitario tan colapsado. Aquí, concretamente, hemos tenido mucha suerte hasta este momento, ya que la pandemia no nos ha golpeado de forma importante. Tenemos mucho respeto a lo que pueda pasar en este futuro ante una pandemia cuyas dimensiones nos han sorprendido a todos. Personalmente, ha supuesto un nuevo orden en la dinámica familiar, los hijos en casa, ERTEs en la familia, venir a trabajar con la incertidumbre de lo que nos tocará ver, padres a los que no visitamos … Problemas cotidianos de todo el mundo.

De repente, a principios de año empezamos a oír que un nuevo virus empezaba a propagarse en China. Lo que veíamos lejos se nos metió hasta la cocina. ¿Cómo fueron esos primeros días en el centro de salud?

En un principio lo veíamos como lejano, como otras infecciones por coronavirus que hace no tantos años hubo en oriente. A principios de marzo Osakidetza empezó a prohibir las reuniones de mas de 10 personas, y nosotros ya empezamos a ver cambios en nuestra dinámica de reuniones anuladas, cursos, y luego llegó la declaración del estado de alerta, con los cambios organizativos: se cerró el centro de salud de Mutriku, el consultorio de Itziar, todo. La valoración en principio era telefónica,….

¿En qué condiciones han tenido que trabajar?

Tuvimos una reestructuración de plantilla, algunos de nuestros compañeros fueron al Hospital de Mendaro, al de Eibar, el call-center… a reforzar otros servicios más afectados, el resto tras cerrar el Centro de Salud de Mutriku y el de Itziar, realizamos trabajo telefónico, y aumentó mucho la cantidad de domicilios que se visitaban sobre todo para enfermería… Nos reuníamos a diario para organizar las tareas. La valoración telefónica ha supuesto un esfuerzo importante para poder hacer las valoraciones adecuadas, y para ello hemos contado con la colaboración de la población que hay que agradecer y volver a agradecer.

Por el momento, afortunadamente, la enfermedad no ha tenido mucha incidencia en nuestro municipio, pero nos recuerdan desde las autoridades sanitarias que no podemos relajarnos. ¿Qué recomendaciones querría hacer a la ciudadanía debarra?

No podemos bajar la guardia, y las medidas que se han adoptado en este seguimiento, son medidas necesarias de Salud publica. Hemos de mantenerlas por nuestra salud y por la de nuestros vecinos, familiares… Aunque la incidencia haya bajado, no podemos bajar la guardia, ya que en un santiamén todo puede cambiar, y hemos de poner cada uno nuestro gran granito de arena.

¿Qué consecuencias o enseñanzas debería dejarnos para el futuro esta situación que estamos viviendo?

Hemos de fortalecer nuestra salud publica. Hemos de cambiar el chip y reflexionar sobre las medidas higiénicas que mantenemos, que actitudes de cada uno pueden ayudar a fortalecer la salud comunitaria y una reflexión importante en el tema residencias, uso de bienes comunitarios, transporte público y una mirada para poner en valor las labores que realizan nuestros vecinos en supermercados, limpieza de nuestros pueblos, cuidadores de nuestros niños, padres, profesores… gracias a todos.

 

*Entrevista realizada para la revista municipal Debaberri